martes, 16 de noviembre de 2010

Sobre el peligro de cheques en blanco…


Se ha escrito bastante sobre las múltiples consecuencias que tendrá en nuestro país la incursión militar de Nicaragua en Isla Calero. No voy a referirme a los casos de xenofobia, patriotismos mal entendidos, legitimidades internacionales, toma de decisiones, ejecución de estrategias, etc. Ese tema ya ha sido suficientemente revisado. Solo para resumir esos puntos diré que fue muy ingenuo quien creía que los organismos internacionales están para dirimir conflictos políticos; ellos están para dar asistencia técnica en casos donde se necesiten. No por berrinches ni por falta de voluntad de los involucrados (es como cuando la mamá se queja con todos los profesores del colegio porque el chiquito se quedó; lo hace hasta que el mocoso perdió 5 o 6 materias que se preocupa por el estado de la situación de su hijo).

El punto que me preocupa es el de los apoyos decididos y sin cuestionamientos. Ese tipo de apoyo que se pide a “ojos cerrados”. Esa solicitud que se basa más en la fe que en los hechos -justo como operan las religiones- . Es preocupante que en una sociedad madura en términos políticos se brinde apoyo a estrategias que poco o nada sirven para solucionar el conflicto como tal. De ahí la “mano peluda” que se asoma con el cheque en blanco que nos pide el Gobierno en cuanto al problema de la presencia del ejército nicaragüense en Costa Rica.

¿Por qué debo apoyar al gobierno a raja tabla? ¿Porque soy tico y “el otro” es nica?
Si no apoyo el mágico proyecto gubernamental que solucionará este conflicto: ¿significa que estoy en contra de Costa Rica?
¿Desde cuándo es patriotismo poner una bandera en el carro/facebook/brete/protector de pantalla/etc., mientras incentivar un debate decidido sobre la estrategia del país para la gestión del riesgo, o el control político en cuanto a las concesiones de obra pública es entorpecer el desarrollo del país?


Insisto: todas las interrogantes anteriores ya han sido ampliamente comentadas. Es claro que, para unos y para otros, están en juego grandes cuotas de poder que a la postre se convierten en el facilitador para la formulación y ejecución de proyectos políticos (desde la reelección de Ortega, pasando por el oportunismo Arista hasta el matriarcado machista de Laura Chinchilla).

Por eso vuelvo al punto de mi preocupación: el cheque en blanco.

El cheque en blanco lo pide el Gobierno para un futuro que preocupa. Preocupa tanto al Gobierno la reacción que puedan tener las personas ante futuros proyectos de esta administración que prepararon el terreno. La solicitud del cheque en blanco significa que se tomarán decisiones que generarán polémica y cuestionamientos por el fondo, y una manera de rechazar dichas controversias es formar desde ya, un conglomerado que se identifique con elementos simbólicos de unidad y formados de manera abstracta que apelan a sentimientos mal comprendidos. Es decir, cualquier cosa que me permita identificar el clásico juego del gato y el ratón. El “ellos” contra “nosotros”. La construcción social del miedo es un tema bien investigado en las ciencias sociales y no es nuevo el juego de suma cero que pretenden hacer de este lado del Rio San Juan.

Yo por mi parte ni banderita de Costa Rica, ni de Saprissa, ni del cáncer de mama, ni de nada de esos inventos. Mejor desde ya, pregunto en la Cruz Roja por cursos de montañismo para que en enero, cuando se inunde Limón (sí, por ahí cerca de un lugar que se conoce como Isla Calero) de pronto puedo ayudar de verdad a esa pobre gente.

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