miércoles, 8 de octubre de 2014
Análisis de las elecciones presidenciales en Brasil 2014
Como ha sido costumbre en este blog, de un tiempo para aca he estado escribiendo sobre política brasileña y comentando un poco la situación que se ha presentado en este país continental en nuestra región.
Las elecciones en Brasil se realizaron el pasado 5 de octubre, y mi breve análisis sobre esta jornada puede accesarlo en el siguiente enlace
http://www.asuntosdelsur.org/blog/2014/10/06/analisis-de-las-elecciones-presidenciales-en-brasil-2014/
Espero les guste esta nueva entrega; próximamente vendrá el análisis de la segunda vuelta, siendo que la institucionalidad brasileña parece que afronta, por primera vez desde el regreso de la democracia en la década del 80, amenazas reales a su consolidación: a saber, la desigualdad socioeconómica, el racismo y el autoritarismo. Espero estar equivocado por el bien de la sociedad brasileña.
jueves, 4 de septiembre de 2014
¿Presidente de 100 días para Costa Rica?
(*Puede encontrar este mismo artículo accesando a http://www.asuntosdelsur.org/blog/2014/09/02/presidente-de-100-dias-para-costa-rica/)
Costa Rica ha sido reconocida como una
de las naciones latinoamericanas que muestra desde hace décadas uno de
los sistemas electorales más sólidos y transparentes. La alternancia en
el poder había sido la tónica, siendo los partidos Liberación Nacional y
la Unidad Social Cristiana quienes se turnaron el poder desde la década
del ochenta. Las señales de desgaste del bipartidismo tradicional se
empezaron a ver desde finales de los 90, y para principios del 2002, era
claro que el sistema de partidos estaba en transición. Este dinamismo
en el horizonte electoral costarricense se corona en la elección del
2014, cuando el Partido Acción Ciudadana, con apenas 13 años de creación
consigue llevar a Luis Guillermo Solís a la presidencia.
El día de hoy en Costa Rica se enfrenta
una disyuntiva con el presidente: un sector de la prensa la ha
emprendido contra el presidente Solís, aduciendo poca capacidad de
concretar promesas de campaña, falta de compromiso en temas cruciales y
nombramientos dudosos en puestos claves. Por otro lado, hay quienes
defienden al gobierno, indicando que las acciones realizadas hasta el
momento son parte de la estrategia integral de primero analizar una
serie de situaciones que vienen desde hace muchos años atrás, las cuales
requerirán de mucho mayor ahínco para concretarlas. Quienes defienden
esta última posición, alegan que no es posible dar una solución
definitiva en 100 días, a problemas que se van acumulando hace décadas.
En este debate, sigue creciendo la idea generalizada de un gobierno sin
experiencia ni preparación, el cual demuestra muy poco ante la
expectativa creada en la campaña electoral, donde Luis Guillermo Solís
ganó en segunda ronda electoral.
Campaña vs. Gobierno
Uno de los aspectos claves de la campaña
política de Luis Guillermo Solís fue mantener en todo momento la
coherencia en su discurso, en la transmisión de ideas y en la forma de
llevarlas a cabo. Esto de la mano de un estilo sobrio, directo e
inteligente de diálogo e intercambio de argumentos. Argumentos que al
final de cuentas son elementales para formar un criterio y decidirse por
una opción. Sin embargo, se han detectado incoherencias en la forma de
enfrentar y realizar varios proyectos (lo cual era posible, y hasta
tolerable en cierto modo), pero principalmente en el estilo que
caracterizó el personalismo formado por Solís. Esto lleva a una
discusión mayor, probablemente administrativa; interna. La campaña
terminó y ahora Solís representa a un Gobierno. La oposición -la cual no
es ni se mantiene como un bloque sólido, ya que tienen serias
diferencias ideológicas en varios temas- ha aprovechado a los medios de
comunicación masivos para señalar incasablemente las fallas en los
primeros 100 días del gobierno de Solís, lo que ha repercutido en una
sociedad costarricense deseosa de ver señales reales y tangibles de
cambio.
Experiencia y preparación
El discurso de falta de experiencia y
preparación del presidente y de su equipo de gobierno es sumamente
tendencioso. En un país como Costa Rica, donde por primera vez un
partido político diferente al eje bipartidista gana las elecciones, es
claro que a tres meses debería existir un tratamiento mejor de los
determinismos. Principalmente porque colocar este tema en un escenario
de juego de suma cero, pone de manifiesto la suspicacia de
quienes desde ya empezamos a ver tendencias electorales: no se puede
perder de vista que aducir “falta de experiencia y preparación” invita a
pensar en que, sería necesario buscar otros actores que “sí tengan
preparación y experiencia”. En un país en que la reelección es una
herramienta fundamental para los partidos tradicionales, exponer esta
idea y asumirla como cierta puede convertirse en una plataforma para
volver al viejo esquema bipartidista del PLN y el PUSC.
Es necesario recordar que hace algunos años se popularizó la idea de “la necesidad de contar con un capitán para guiar la nave”.
La idea refería a la falta de liderazgo desde finales de la década del
90 y principios del siglo XXI; coyuntura política en que en dos
ocasiones el tema de la reelección presidencial señalaba siempre al
mismo “capitán”… y la idea le rindió frutos. Así, el fuerte personalismo
cargado en el universo simbólico costarricense, pone de manifiesto la
credibilidad de Luis Guillermo, y la legitimidad del PAC ante el reto de
liderar una propuesta que ejecute un plan que pueda ser tangible a
corto plazo.
Sin embargo, el gran reto del gobierno
es afianzar el lazo concretado en campaña: ese fortalecimiento debe
buscar entender el ejercicio responsable de ciudadanía que comprende que
el presidente de la República no fue electo para gobernar 100 días. No
fue electo para concretar obras públicas en 100 días. Fue electo para
demostrar que existe una forma diferente, más transparente y más justa
de gestión. Esa idea es vital para que la sociedad costarricense no
sucumba ante posiciones malintencionadas que buscan la inestabilidad per
se. Inestabilidad tolerable por un sistema democrático que aun procesa
de manera eficiente esos embates, pero que genera también otras
prácticas que pueden ser dañinas para la consecución de objetivos en el
futuro cercano. En el escenario político una coalición dominante
-aparentemente inestable- tendrá que hacer su mejor esfuerzo frente a
una oposición que conoce su rol, que tiene control de zonas de
incertidumbre y que maneja parcelas de poder. En este juego de poder,
cada vez se refuerza más que el actor más importante sigue siendo el
ciudadano.
domingo, 24 de agosto de 2014
Panorama electoral en Brasil: inestabilidad y firmeza democrática
Los compañeros de Asuntos del Sur me pidieron escribir un pequeño artículo de opinión sobre las próximas elecciones en Brasil. En el siguiente enlace pueden leer el artículo.
http://www.asuntosdelsur.org/blog/2014/08/21/panorama-electoral-en-brasil-inestabilidad-y-firmeza-democratica/
http://www.asuntosdelsur.org/blog/2014/08/21/panorama-electoral-en-brasil-inestabilidad-y-firmeza-democratica/
miércoles, 20 de agosto de 2014
Contradicciones mundialistas
Hace un mes aproximadamente, el Programa de Canal 15 "Sobre la Mesa" me invitó a hablar sobre el tema del mundial en Brasil y las protestas que marcaron su desarrollo. Los invito a observarla, estuvo buena la participación. Mención aparte la cantidad de muletillas que dice uno, increíble...
lunes, 7 de julio de 2014
Observaciones a dos meses de gobierno
No pretendo extenderme mucho con este breve análisis de los primeros dos meses de gobierno de la administración Solís Rivera. Solo dos puntos que observo y que es importante señalar:
1. Coherencia en discurso y estilo: uno de los aspectos claves de la campaña política de Luis Guillermo Solís fue mantener en todo momento coherencia en su discurso, en la transmisión de ideas y en la forma de llevarlas a cabo. Esto de la mano de un estilo sobrio, directo e inteligente de diálogo e intercambio de argumentos. Argumentos que al final de cuentas son elementales para formar un criterio y decidirse por una opción. Sin embargo, se han detectado incoherencias en la forma de realizar varios proyectos (lo cual era posible, y hasta tolerable en cierto modo), pero principalmente en el estilo que caracterizó el personalismo formado por Solís. No es momento, sin duda, de cambiar ese estilo. Figurar en los diferentes canales de comunicación para seguir proyectando ideas, trabajo y desarrollo es la opción de Solís.
Esto lleva a una discusión mayor, probablemente administrativa; interna. La campaña terminó y ahora Solís representa a un Gobierno. Por lo tanto, debe de adecuarse la estrategia de comunicación y sin duda definirse en cuanto a la vocería. Parece débil y descoordinada la acción de Gobierno cuando hay declaraciones. Parece que el triángulo de autoridad en este tema debe de revisarse o los medios de comunicación masiva se van a dar gusto explotando este tema. Mejor corregirlo antes que parezca que fue la prensa quien lo puso en la agenda nacional.
2. Experiencia y preparación: cuidado con este tema. El discurso de falta de experiencia y preparación del presidente y de su equipo de gobierno es sumamente tendencioso. En un país como Costa Rica, donde por primera vez un partido político diferente al eje bipartidista gana las elecciones, es claro que a dos meses debería existir un tratamiento mejor de los determinismos. Principalmente porque colocar este tema en un escenario de juego de suma cero, pone de manifiesto la suspicacia de quienes desde ya empezamos a ver tendencias electorales: no se puede perder de vista que aducir "falta de experiencia y preparación" invita a pensar en que, sería necesario buscar otros actores que "sí tengan preparación y experiencia". En un país en que la reelección es una herramienta fundamental para los partidos tradicionales, exponer esta idea y asumirla como cierta puede convertirse en una plataforma para al menos tres líderes de los partidos políticos del PLN y el PUSC.
Es necesario recordar que hace muy poco tiempo se popularizó la idea de "la necesidad de contar con un capitán para guiar la nave". La idea refería a la falta de liderazgo desde finales de la década del 90 y principios del siglo XXI; coyuntura política en que en dos ocasiones el tema de la reelección presidencial señalaban siempre al mismo capitán... y la idea le rindió frutos. De ahí que la estrategia de posicionar ideas es de reciente memoria para varios de nosotros y se demuestra que es necesario para el fortalecimiento del Gobierno (y de su partido político) desaparecer esa idea.
Dos meses, dos observaciones. Pese a lo anteriormente señalado, creo que es necesario darle más tiempo a todo el gobierno, e inclusive a la dinámica política que parece estuvo en off por la magnífica actuación de la selección nacional de futbol. De vuelta a la realidad, que ya hace falta :)
jueves, 26 de junio de 2014
Mi primer libro :)
Bueno, no es posible decir que no
me esforcé. Lo cierto del caso es que significó esfuerzo, dedicación, mucha
investigación… primero el reto de escribir bien en portugués; con sentido al
menos… luego escribir “académicamente” en portugués. Más trabajo… esto
omitiendo el hecho de la elaboración de la idea y del trabajo en sí, la
redacción, obtener los datos siendo que uno está tan lejos, los mil y un
borradores…
Así, se culminó un trabajo final
que siempre se espera pueda llegar “un poco más allá”. Y el sueño de un libro,
una simple publicación para muchos, para los que empezamos se convierte en una
luz de alegría cuando te ofrecen publicar tu trabajo.
¡Claro, que clase de condiciones
las de esta editorial! No recibo absolutamente nada a cambio por ceder los
derechos de reproducción de mi trabajo; todo a cambio de un ISBN! Ni siquiera
un ejemplar me pudieron enviar gratis…
Pero en fin, no se menosprecia el
trabajo y ahí está. Quedó lindo, a mí me gustó. Y al menos puedo decir con
orgullo que ya tengo un libro publicado -ojalá alguien quiera leerlo :) -
Ah, y si alguien quiere comprarlo, adelante.
martes, 3 de junio de 2014
¿Alianza electoral? Nunca hubo necesidad...
El 25 de marzo del 2013 (hace más
de un año) indiqué en un artículo que no creía en la alianza de partidos que se
pretendía realizar para afrontar el proceso electoral de febrero del 2014 (Ver
artículo anterior http://estoalrevesdice.blogspot.com/2013/03/yo-no-creo-en-la-alianza-para-el-2014.html
).
La alianza nacía con un fin
electorero que, a mi juicio, se justificaba bajo banderas de solidaridad, unión
y entendimiento de causas mutuas. Sin embargo, mi posición era que todos esos
motivos igual se podían conseguir, siendo consecuentes con la realidad política
y que en la negociación pertinente de una “alianza”, no se perdiera la
identidad ni estructura de los partidos políticos involucrados. En su momento,
quien más se resistió a la alianza fue el PAC, y muchos lo acusaron de no
querer comprometerse con el país y -con su negativa a la alianza- condenar al
país a un tercer gobierno seguido del PLN.
Nada de eso pasó.
Era falso que, sin la alianza, el
PLN gobernaría nuevamente. El PAC, sin alianzas, sin el apoyo irrestricto de
alguna otra estructura partidaria (aunque se debe rescatar el apoyo de la
Alianza Patriótica), ganó la Presidencia de la República. Aquellos que
vendieron la alianza lo hacían con la intención de derrotar al PLN, y esto al
final de cuentas se consiguió sin la alianza. Muchos podrán indicar que
existieron factores muy específicos que hicieron que, tanto el PLN no tuviera
una campaña que lo catapultara al 40%, y otros que el PAC tuvo un crecimiento
acelerado en el último mes y medio que lo llevó a un escenario favorable para
ganar la presidencia.
Lo cierto del caso es que las
pasadas elecciones demuestran como la volatilidad de la sociedad costarricense
no debe subestimarse; si se quiere poner en términos más académicos, debe
repensarse si los patrones de cambio en las expectativas electorales pueden
sondearse con tanto tiempo de anticipación. Además, que es necesario investigar
con otras técnicas, usando metodologías novedosas que superen y –con certeza-
ultrapasen la tradicional encuesta de opinión. Quienes están acostumbrados a
trabajar en este campo, deben de innovar sin duda.
Mi opinión es que el asunto de la
alianza electoral nunca tuvo una lectura real de las expectativas de todos los
actores, no solamente los partidarios (y estos ya de por sí tenían un gran peso).
Entonces, no ganó el PLN y eso significa una reestructuración interna que -ojalá-
renueve el equilibrio de poder en este partido; el PAC rompió por primera vez
con el bipartidismo en el gobierno y se presenta en poco tiempo como una
organización partidaria de confianza y sólida para enfrentar un proceso
electoral; el FA consiguió una cifra histórica en la Asamblea Legislativa para
un partido de izquierda, además de evidenciar a un joven líder progresista de
la izquierda latinoamericana; y el PUSC que se creía solo sobreviviría con la
alianza, se fortalece y reestructura con una fracción parlamentaria que le da
seguridad y sobrevivencia a su partido. Según veo, parece que todos obtuvieron
resultados importantes que les asegura cuotas de poder en la política
costarricense. Entonces, ¿alianza? Insisto, no había necesidad. Los hechos
hablan por sí solos.
martes, 8 de abril de 2014
Un "tip" para el que quiera... (o para el que lo necesite)
En la elección presidencial de 1966, el
presidente electo José Joaquín Trejos ganó la presidencia del país contra
Daniel Oduber, por una diferencia muy pequeña de votos. Inclusive el PLN
controló la Asamblea Legislativa en ese periodo y esto significó una gran
ventaja para Oduber y sus intereses presidenciales para el futuro. Oduber quería
ser presidente en 1970, sin embargo, sería difícil convencer al líder del
partido -José Figueres- de declinar a su participación en esa elección. Así,
Oduber consiguió convencer a la fracción parlamentaria para que la reelección presidencial
fuese prohibida. Si la reelección era prohibida, Figueres no podría participar
ya que había sido presidente en 1953. No obstante, Oduber necesitaba de algunos
votos de la oposición para aprobar la ley. El presidente Trejos accedió con la
reforma constitucional, pero pidió que en la reforma se autorizase a los
expresidentes vivos en aquel momento poder disfrutar del beneficio de la
reelección por lo menos una vez más. Aunque la reforma fue aprobada, Oduber no
consiguió frenar las aspiraciones de José Figueres quien nuevamente fue
candidato en 1970, y ganó las elecciones presidenciales (HERNÁNDEZ VALLE, 2003).Oduber tuvo que esperar su "turno" en la presidencia en 1974. Después de esto pasaron 35 años para volver a tocar el tema de la reelección.
Como es conocido para gran parte de los costarricenses, la reelección pasó por dos momentos importantes: el primero en el año 2000 cuando la Sala Constitucional rechazó la inconstitucionalidad de la reelección; y luego en el año 2003, cuando revirtió su criterio y permitió la reelección presidencial (con un periodo de 8 años para volver a participar).
Y entonces viene mi pregunta: ¿Será que puede volverse a prohibir la reelección? ¿Es posible que la Sala descubra graves inconsistencias en este mecanismo, el cual se ha legitimado bastante en América Latina? Yo lo veo dificil; ni siquiera es hoy un tema de discordia o debate. Sin embargo, no es descabellado ni sería la primera vez que en nombre de la política suenen las campanas...
PD: ¿Y si más bien Costa Rica sigue el ejemplo de otros países y admite la reelección consecutiva? El mapa de poder está más activo que nunca...
miércoles, 29 de enero de 2014
De reuniones y debates
Hoy recordé una anécdota que hace poco me contó mi amigo Issac. Quienes lo conocen, saben a quien me refiero. Don Issac Artavia Caballero (y que curioso que me lo haya topado justo en época de elecciones!) me cuenta la historia y lo relato en primera persona, con su permiso:
En aquella reunión fui censurado.
Fui amedrentado y casi hostigado por haber expresado una simple
opinión: “El debate de canal 9 me pareció bueno; me gustó”.
Eso sirvió para que
quienes me rodeaban me atacaran de la forma más alarmante, no esperaba una
reacción así: “¡Esos debates son un show para que la gente se entretenga!; ¿Cómo
le va a gustar una cosa de esas?; fue malísimo, uyyy horrible, y esos
presentadores… y esa corneta… parecía un ring de boxeo”. Mi respuesta a la
reacción de varios de los que me hablaban fue: “yo me refería al formato… me
pareció bueno” viendo directamente a uno de los únicos que prefirió quedarse
callado ante mi opinión al debate de la noche anterior. No era posible que todos -los que me oyeron- tuvieran una reacción
parecida, y yo era el único que había creído que el debate había
sido bueno; entretenido. Era difícil pensar que tantos profesionales estuvieran
equivocados; lo más probable es que yo era el iluso, inocente, mortal que se
atrevía a creer que el debate había sido bueno… importante...
Pero, ¿Cómo me equivoqué tanto?
¿Será realmente que el debate (y posiblemente todos los subsiguientes) fueron
tan malos que solo yo me tragaba el show
business de los politiquillos de turno de Costa Rica? ¿Será que tantos años
de estudiar y apasionarse por la política me habían cerrado los ojos a la burda
conspiración de los partidos políticos y los medios de comunicación?
Reflexionando un poco sobre esto,
encontré una razón que podía justificar, no mi opinión, pero sí ver el fondo
del asunto de la opinión de mis detractores. Y es justamente describir un poco
a mis detractores.
Aquel día no había notado algo
que de sobra es claro para casi todos (menos para mi, por supuesto). Aquellos censuradores,
todos, absolutamente todos tenían un puesto político de confianza. ¿Y confianza
hacia quién? Confianza a un ministro de gobierno, de determinado partido
político… era tan obvia la respuesta, que ni gracia da. ¿Cómo sería posible que
a aquellos que les pareció espantoso el debate podrían encontrarlo bueno? Es simplemente
imposible pensar que el debate es bueno, si tu candidato (del partido de
gobierno) es malísimo. Si en un debate, la habilidad de palabra, de respuesta y
de formulación de preguntas, con base en la seguridad y coherencia del
discurso, es la gran fortaleza de los candidatos, como aquel candidato, que con
costos se memoriza alguna respuestas, podría ser de admiración para este
selecto grupo de profesionales que me criticaban sin cesar? ¿Cómo les podría
gustar el debate, si su candidato es pésimo?
Además, no es nada extraño que consideren
el debate hasta innecesario. Si ya uno de los líderes de su partido y candidato
hacía ocho años se negaba a participar de los debates, a sabiendas que el
desafío era mayúsculo y era mucho más fácil atragantar a la gente con miedos,
propaganda y expectativas de un futuro mejor…
Ahora entiendo porque a ellos no
les gustó el debate…
Issac Artavia Caballero
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