lunes, 31 de agosto de 2009

Costa Rica: control político=¡Porta mí!


En Costa Rica hace 2 años dos probables candidatos a la presidencia de la República, miembros del Partido Liberación Nacional, figuras públicas reconocidas, y políticos electos popularmente escribieron el famoso “Memorandum del Miedo”. El memo dirigido al presidente Oscar Arias Sánchez indicaba una serie de medidas que se debían implementar en la campaña a favor del tratado de libre comercio con Estados Unidos, de cara al referéndum del 7 de octubre del 2007. La estrategia política ideada por el vicepresidente Casas y el diputado Sánchez (este último primo del presidente) exponía como se debía engañar a los ciudadanos amenazando su empleo, la presencia de gobiernos extranjeros en el país (Chaves, Evo, Fidel, entre otros), castigando a los alcaldes que no ganaran sus respectivos cantones entre otras inmoralidades.

El memorando salió a la luz pública y provocó la renuncia del vicepresidente Casas -ahora trabajando en Washington- y el “arrepentimiento” del diputado Sánchez. Ambos políticos eran (¿son?) prospectos presidenciales que hacían sus armas en el mundillo de la política costarricense. Ambos doctores graduados en Inglaterra destacaban con ese memorando de cuanto les sirvió las clases en ciencia política, derecho y filosofía…

La semana pasada el Congreso de la República archivó el caso de Fernando Sánchez, destacando complacencia de la mayoría de diputados premiando a su compañero en la Asamblea. Apoyado por los miembros de su partido y algunos otros secuaces, la Asamblea demostró que es un organismo que ejerce control político a conveniencia; a la tónica del diseño de nuestro sistema político: resguardar, acomodar y fortalecer los grupos políticos dominantes.

Justamente en esa misma semana, el presidente Arias demuestra el apoyo a su primo y declara abiertamente en la prensa y en cadena nacional el papel parcializado y poco objetivo de los organismos de control. Asimismo, indica que estas instituciones de control “se pasan” de sus funciones tradicionales y cuestiona con gran alevosía: “¿Quien controla a los contralores?” De forma cínica declara que instituciones como la Defensoría, la Contraloría y hasta los ya de por si comprados medios de comunicación (algunos; no todos sucumben ante la presión gubernamental) han abordado temáticas que no son las que deberían de cubrir, y que deberían rescatar las acciones positivas que realiza el Gobierno.

El presidente olvida que la democracia es justamente democracia porque no existen represiones del gobierno hacia el ciudadano en demostrar y divulgar públicamente las opiniones políticas sin temor a expresar sus ideales (Dahl para dummies señor presidente). Además, solamente en las democracias contemporáneas se podría visualizar oposición organizada, debido a que cualquier otro régimen (autoritario, por ejemplo) formalizaría la desorganización sistemática de dichos grupos.

Sin embargo el presidente va más allá. Ya no arremete contra la oposición (entiéndase según el diccionario arista: “todo lo que no me rinda pleitesía públicamente; obedezca y crea en todo lo que yo digo y hago”), sino que ajusta desde la cabeza del Ejecutivo al sistema político para que éste, mediante vías cuasi formales, pueda desestabilizar a las instituciones de control político.

¿Qué sigue ahora presidente Arias, toque de queda para las manifestaciones? ¿Supresión de partidos políticos de carácter crítico hacia el gobierno? ¿Cambio en las reglas del juego para “democratizar” la posición arista de los grupos de poder? ¿Desfinanciamiento de universidades públicas? ¿Fortalecimiento de las redes paralelas privadas en seguros, electricidad y telecomunicaciones? Respuesta: todas las anteriores.

1 comentario:

  1. Estimado Compañero Ivan:

    No crea que no leo su blog, porque de hecho siempre lo hago, la cuestión es que siempre habla de futbol y no conozco mucho del de su país, nisiquiera de el del mío (je, je, je).

    Bueno este artículo por ser de Política y sociedad si lo he entendido un poco más y déjeme decirle que de lo que habla no es más que una tendencia (Autoritarismo "democrático" y terriblemente más autoritarismo que democracia) vigente a nivel de toda América Latina y según lo que humildemente puedo deducir del escrito Costa Rica (la Suiza de Centro América) no se salva de tan triste situación.

    Mediatizar profundamente la política, desarticular toda oposición, dicho sea de paso con las jugadas más sucias y quizá hasta ilegales, no permitir inscripción de nuevos partidos políticos, utilizar una especie de terrorismo entre la población para lograr los "objetivos" del gobierno (que a la vez responden siempre a intereses económicos de ciertas camarillas empresariales junto a amiguetes burócratas) y fortalecer la figura del caudillo popular en el Presidente, son algunas características de la tendencia de la tendencia de la que hablo.

    Sin importar Ideologías, desde México hasta Argentina, se ha hecho de la democracia una figura parecida a un títere mitológico. Títere por el hecho de que es manipulada por los medios de comunicación masiva (con estas encuestas de papelillo, que se hacen en las páginas web, SMS, o teléfonos de los canales de TV donde la gente siente que participa, pero generalmente la pregunta le dice a usted lo que debe responder– no sé si pasa esto en Costa R. pero sí en Panamá-; con un sinnúmero de reportajes noticiosos amañados, sesgados pero muy llamativos para alguien con poca o ninguna criticidad, o la apertura de las páginas de opinión – en el caso de medios escritos- a gente con clara “posición oficial” pero cerrado a los disidentes). El caso de Panamá es muy interesante pues nuestro actual Presidente es accionista en uno de los principales canales de TV y otros ministros de gobierno de los otros canales (aquí todo es una especie de red comercial); y si no son los medios, por la posición gubernamental que ahora no dialogan con los sectores (nótese que he dicho que no dialogan, pero si suelen NEGOCIAR aunque nunca nadie sabe que determinaron en esas negociaciones!!) Pues el único partido de oposición está muy desacreditado ante la opinión pública luego de un quinquenio de robos al erario público e ineficiencia comprobada, y claro que la alianza gobierno ha aprovechado esto de manera bastante enfermiza.

    Pero la democracia también se ha vuelto una especie de mito, pues todos hablan de ella, pero nadie sabe en concreto que es, y cuando por fin llega lo que se vislumbra como la representación más concreta de democracia en pueblos como los nuestros (elecciones, plebiscitos etc.) el poder que otorgan esas urnas es tan inmenso que los elegidos se olvidan de sus electores y les dicen de manera más o menos elegante: “Usted me escogió para gobernar, así que se la aguanta”.

    La situación es preocupante pues todo este “autoritarismo democrático” para llamarlo de alguna forma (bastante sutil por cierto) es una forma embrionaria de despotismo; que podrá traer consigo más hambre y miseria en América Latina, pues ciertamente con este tipo de sistemas les cierran las posibilidades a mucha gente, para conservar el Status Quo de los amiguitos y los familiares; y como he dicho anteriormente parece ser que ninguna ideología se salva de aquello. Creo que es muy pertinente hacerse la pregunta de hasta donde llegaremos, y también cuestionarse cuánto durará.

    Muy bueno su blog Compañero, cuídese mucho y siga escribiendo de estas vainas.

    Atentamente, Joao Quiroz Govea

    www.mediocerrado.blogspot.com

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