miércoles, 30 de mayo de 2012

La gente en la calle

La otra vez estaba con una imagen mental muy interesante: imaginaba a la gente, totalmente harta de tanto abuso del Gobierno, de la Asamblea, de la incapacidad judicial. De la incansable necesidad de las autoridades en demostrar que son corruptas desde la raíz, y creen que renunciando es una especie de pasaporte a la tranquilidad momentánea…


En fin, tuve esta imagen de la gente organizándose de forma espontanea, saliendo a la calle un domingo en la mañana. Sol bonito, la gente sale con los perros, con la familia, se encuentra amigos en la calle; de paso se compran un copo, unas papas y un fresco. De ahí, llegan al centro de San José, acompañados por taxistas de todo el país que cerraron las calles para que nadie se movilizara en carro, y las personas pudieran caminar tranquilas. Además me imaginé a los agricultores movilizando a todos sus compañeros en aquellos camiones llenos de trabajadores, que llevan algunas frutas y verduras para de paso, hacer una feria del agricultor en el momento.

También me imagino una comparsa de unas 200 personas, todo el mundo bailando con mascaradas de la giganta, el diablo, y todos esos bichos nuevos que ahora se hacen. Trompetas, tambores, lira, teatro en la calle, canciones improvisadas. En fin, la gente en la calle.


Después, cuando la gran masa se movilizó y quedó en frente de la Asamblea Legislativa, me imaginé a los policías de frente, cuidando las puertas de la Asamblea, pero en un instante, ellos mismos quitaban los obstáculos, abrían los candados, y dejaban el paso libre, mientras la gente entraba a la Asamblea Legislativa. Me los imaginaba aplaudiendo, y compartiendo historias con otros trabajadores del día a día de sus trabajos, riesgosos, mal pagados, pero en especial, desgastantes y desmotivantes.

Entonces, la gente empieza a entrar a la Asamblea, y una vez dentro, se organizan 57 representantes, ahí mismo, en el momento deciden, y pasan a ocupar cada uno de ellos una curul. Ahí se me acabó la imagen. Lo cierto del caso es que no sé que sigue. Lo desconozco y me da miedo mi grado de institucionalización, porque justamente estaba buscando una resolución institucional para legalizar aquel acto... aquella colectividad horizontal que lo único que buscaba, era cambiar las cosas. Me parece tan justo la acción, y tan injusto que no tengamos esa iniciativa. Todavía peor saber que no puedo seguir mi imagen…

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